lunes, 21 de noviembre de 2011

Conmemoraciones revolucionarias.

No pasan de las ocho de la mañana y mi domingo comienza con un estridente coro New Age, música gregoriana, con la que la parroquia local intenta hacer más amable su llamada a los feligreses. En alguna ocasión incluso usaron la canción de REM “Loosing my religion” en ese estilo y para los fines ya antes mencionados. Hoy es el domingo 20 de noviembre de 2011 y de está manera comienzan los conmemorativos de la revolucionaria fecha. En democrática procesión la vecindad entera se dispone a hacer acto de presencia ante el dictador que amenaza la tranquilidad de sus, como les llaman ahora, cotos privados. Efectivamente, privados de tranquilidad, ridículamente intentan encerrarse en su ficticia abundancia primermundista y clase-mediera de tal manera que cualquier amenaza a su tranquila y enajenante rutina los desconcierta, aterroriza y alarma.
No es posible, le dice la ex vecina que se mudó a un residencial más limpio, prospero y armonioso a la muchacha de los tamales, escucha nada más a ese vecino raro, es una fresita con crema, seguramente sus filarmónicos gustos no le permiten compartir unas palabras con su humilde pero sofisticado y cosmopolita vecindario. - Sí, contesta la tamalera, y encima de todo es limpio, todos los días barre, trapea y plancha - Pobres de sus padres, contesta la prospera ex-vecina con su túnica y gafas oscuras, seguramente debe ser difícil tener un hijo así de maricón. Habría que tener cuidado, según mi marido, usted sabe en lo que andan los periodistas, GENTE como esa podrían ser los Predadores, Michael Jackson, Succar Kuri y pederastas de siempre, es el México Rojo Salvaje y Brutal. Definitivamente, que bueno que los persigan, se merecen eso y más, los deberían quemar en leña verde que paguen todo lo que debe a nuestra sociedad, a sus padres y vecinos, el karma, el karma y Dios que todo lo ve. Y un estruendo de chillidos que asemejan carcajadas maliciosas se hace presente ya desde tales horas de la madrugada mientras que, al mismo tiempo, para no contaminar sus vibraciones positivas pasan a otro tema, la nueva postura meditativa, fiera en celo, aprendida en la clase de yoga se vuelve el nuevo tema de conversación.
Ante este panorama, mis propias inquietudes sexuales pasan a segundo, tercero o cuarto termino, la satisfacción o insatisfacción en ese rubro de la vida tiene tiempo que no me resulta un tema de controversia, todo tipo de duda existencial se pausa en anotaciones varias a las que luego tendré que volver. Mis inquietudes son de otro tipo, por ejemplo, en último grado, supongo que los productores nacionales de armamentos se están beneficiando enormemente con la guerra contra el terror que causan las múltiples actividades ilícitas en nuestro país y que la burguesía nacional incrementa sus beneficios materiales y espirituales al Son de la Negra, el Sinaloense o en su defecto con los Caminos de Michoacán. En lo particular nunca me han gustado las bravuconadas a excepción de las que son irrefutablemente cómicas, aunque, también considero que toda comedia ampliamente disfrutada se vulgariza al extremo de encontrarse próxima a la bravuconada. Por este motivo la bravuconería en el folklore mexicano me resultaría sumamente cómica de no ser por la muerte, devastación, desolación, enajenación y cinismo que ayuda a fomentar. En México, la perspectiva se justifica, estúpidamente, como pragmática y accesible debido a que entre el “Care Bear” y el “I Don’t Care A Fucking Shit” no existe ninguna graduación y el mostrar alguna de las dos postura implicaría, como eruditamente lo estableció una estimadísima compañera sudaca, “el que no coge es porque le gusta que se lo cojan”. 
Oh baby, baby is a wild world, I always remember you…” efectivamente desde muy temprano me viene a mi cabeza las letras de Sor Juana en donde dice “Mujeres necias que acusáis al hombre…” y après de prendre ma petit-déjeuner je parte à ma chambre de chômeur con las siguientes cuestiones “how can we dance while the house is burning?”, ¿cómo es posible que la democracia mexicana esté albergando semejantes debates bizantinos como el del sexo de los ángeles mientras ya hace casi dos siglos que los perdimos (a los ángeles quiero decir)? Entonces se supone que por el bien y la saludad de nuestra robusta democracia hay que retomar con formidable interés por los menos algunos de las siguientes dudas existenciales sudamericanas aunque mexicanas en su apogeo, a saber:
1) ¿macho o hembra?, 2) ¿blanco o negro?, 3) ¿derecha o izquierda?, 4) ¿todo o nada?, 5) ¿santo o demonio?, 6) ¿grosor o longitud?, 7) ¿cuerpo o alma?, 8) ¿vivo o muerto?... y así sucesivamente. Con toda propiedad, me parecen lugares comunes de gente común que aspira mucho a mucho. Y, sinceramente, no deja de sorprenderme la cantidad de personas con una orientación no heterosexual que se adhieren al decreto y aunque mucho disfruten de ser auscultados pretenden mantenerse machos de espíritu. Del mismo modo que el autoproclamado ladino judeo-hispano que va por la vida advirtiendo en contra de la mala vibra de los nacos e indios se considera así mismo fuertemente vinculado con Luther King.
            Hasta aproximadamente las dos de la tarde justo enfrente de mi casa estuvo, como ha sido habitual desde hace ya tiempo, el expendio de tacos que en día domingo trabaja doble turno obstruyendo la vialidad, generando tráfico, ruido, basura, consumo ilegal de electricidad, invasión de cocheras, etc. durante el horario matutino y vespertino. En la mismísima esquina como preparando un tianguis se ubica también un vendedor, no con mayores formalidades, de tortas ahogadas. Una vendedora de pan y ocasionalmente un vendedor de productos lácteos. A estos los solía acompañar un pobre alcohólico que viciosamente le daba por cantar todo el repertorio clásico y actual del “rompe y rasga”. Justo enfrente más tarde en plena vialidad, mitad en la banqueta y mitad en la zona vehicular, se encuentra ubicada una laboriosa y emprendedora organización que prepara mariscos para su venta y consumo. De acuerdo con algunos destacados teóricos politólogos el escenario anteriormente descrito es la perfecta imagen de la Utopía. Una esquina que de la noche a la mañana desde hace aproximadamente seis años se convirtió en el embrionario espacio del comercio informal, ambulante y rapaz como modelo de iniciativa privada nacional y/ o en su defecto de colaboración izquierdista en la que solamente falta un líder “piquetero”, “cartonero”, etc. que comande y organice las bases, legitimas fuentes populares de un grupo de arribistas que reclaman como propia tanto la localidad como toda las ganancias que allí se originan a cualquier costo y cualquiera que sea su origen, no está de más mencionar que decididamente sin referencias.
            Aunque usted no lo crea, este barrio, no obstante que por los exquisitos y refinados alrededores me acusen de “salvatrucha”, barrio me parece el término más expandido entre los países hispanoparlantes para hacer referencia al más próximo de los espacios geográficos en que se desarrollan los individuos y grupos humanos y, por lo tanto, este barrio desconectado e improvisado respecto al integral desarrollo de esta zona urbana ha cumplido su misión histórica, convertirse en esa Ciudad de Dios, al estilo fílmico brasileño, que después de un inicio como conjunto habitacional de interés social ha terminado como gueto, lleno de informalidad, ambulantaje, fanatismo religioso, absoluta ausencia de cultura un poco más elaborada que la de los narcocorridos y por todo ello hay que alabar y tratar de quedar en gracia. Día y noche, transitan misteriosa y sospechosamente vehículos que hace sonar sus mil fuentes de sonora contaminación, el escape, el ruido de sus motores, los gritos de sus indeseables familias, los altoparlantes del gas cuyo trademark puede ser A, B, C, etc.  Es realmente primoroso observar que a las doce de la noche cuando aún se escriben estás líneas siguen transitando vehículos que en sus mil formas, colores, velocidad y dirección han aprendido a avisar, a comunicar que si no es usted alguien más tomará las riendas de esta surrealista experiencia de nacional socialismo, políticamente madura y que ha sabido evolucionar conforme a la realidad que se le presenta de un modelo globalizador y capitalista hacía un fascismo a la chichimeca (hay que recordar que nos encontramos en las periferias de Tenochtitlán).
            Francamente yo no se hacia que dirección encaminar mis hipótesis aunque definitivamente este experimento democrático de vecindad ha terminado por invocar por igual al Papa y toda la cohetería del bajo clero mexicano que de tal manera expresa indistintamente su pesar y satisfacción, al sexo que noche y día se pretende controlar, hasta el más mínimo intento de erección o recreación visual, con la pavorosa imposición de un homo-erotismo militante, intrusivo y casi obligatorio, con el feminismo tercermundista de verdulería. Se ha invocado también al rock and roll, desde luego, no podía faltar de que otra forma apendejar a tantos pendejos de espíritu salvo que con el regetton, los tamborazos norteños y desde luego su exaltación wanna be a las proezas del narcotráfico, de la narco-moral, la narco-política, toda la violencia y obscenidad de esta forma generada en todo momento, en todo lugar. Se ha invocado por igual al santo espíritu emprendedor de todos estos ambulantes y a su laboriosidad como una incubadora de la iniciativa privada local, la futura y prospera burguesía al mismo tiempo que se argumenta un izquierdismo sospechosamente teledirigido desde lugares con mejores desarrolladores del progreso, paz y orden social en especial para todo aquel que se inconforme con sus actividades invasivas y su discurso pseudo o cuasi izquierdista plagado de misticismo, magia, religión, esoterismo, hembrismo, caballerosismo, heroísmo, protagonismo, conservadurismo, revanchismo, en fin, de la vulgaridad propia de las turbas envalentonadas. “Nosotros vs. Ti” porque después de “Ti” no hay nada. En efecto no hay nada de revolucionario, de novedoso, de heroico, de patriótico, de mágico, de izquierdista y después de “Ti” viene el caciquismo, la corrupción, el acarreo, los misterios sin resolver, los asesinatos, el narcotráfico, el acaparamiento, la caótica improvisación de estos lugares, el embrutecimiento, la enajenación, aislados sollozos entre la obscena satisfacción de los trogloditas. ¿Presa o cazador?, ¿derecha o izquierda?, ¿macho o hembra?...                    

lunes, 4 de julio de 2011

El cuarto poder: en el mundo de Balzac.


Rosario Castellanos. 
Honorato de Balzac, ese genio de la observación, de la acuciosidad que no se propuso en la escritura de La Comedia Humana (según sus propias palabras) sino levantar un inventario total del mundo en que le tocó vivir, tuvo el privilegio de presenciar la aparición y desaparición de muchos fenómenos, los cuales acabaron por configurar la fisonomía de la edad contemporánea.
    Hubo un hecho que particularmente solicitó su atención y aun podríamos decir que suscito su alarma: el surgimiento del periodismo. En muchas de sus novelas describe la serie de circunstancias e intereses, de necesidades y pasiones que conspiran en el nacimiento del periódico. Los azares políticos y económicos, las habilidades de los dueños, la astucia de sus dirigentes que lo hacen prosperar. O la conjunción de una serie de elementos adversos que le deparan una vida precaria y una muerte rápida.    
    Nos introduce, con esa seguridad propia tan propia del conocedor, a las redacciones y nos muestra, en todo su esplendor, al dios tutelar del periódico: LA PRISA. LOS REDACTORES LLENAN SUS CUARTILLAS CON OPINIONES QUE NO TIENEN TIEMPO DE FUNDAMENTAR Y QUE NO SE PREOCUPAN TAMPOCO DE HACER, SEGUROS DE QUE SERÁN DEVORADOS TAN PRONTO COMO DESECHADAS Y QUE LO EFÍMERO NO MERECE UN CUIDADO MÁS MINUCIOSO NI UN ESCRÚPULO MAYOR. Es natural, pues, que opiniones que carecen de raíz se dejen arrastrar al capricho de los vientos. Hoy se ensalzará lo que mañana ha de ser humillado. Los prestigios, las famas de las personas y los objetos, los apoyos a las posiciones de los hombres en poder varían con una facilidad que podría confundirse con la incoherencia si detrás de ella no hubiera un respaldo muy sólido y lógico: el de halagar y servir al que paga mejor, al que protege más ampliamente con su fuerza, al que abre vía más libre a la ambición.
    ¿Cómo trabaja entonces un reportero? Balzac nos los responde por la boca de Esteban Lousteau, uno de los protagonistas de Las ilusiones perdidas.

Yo vivo de la venta de las entradas que me dan los directores de los teatros del bulevar para pagar mi benevolencia crítica y de los libros que me envían los libreros y de los que tengo que decir algo. En suma, tráfico con los tributos en especie que ofrecen los industriales en pro o en contra de los cuales me permite el director lanzar los artículos. El agua carminativa, la pasta de los sultanes, el aceite cefálico, la mixtura brasileña, pagan por un artículo chocarrero veinte o treinta francos. Yo me veo obligado a ladrarle al librero que da pocos ejemplares al periódico: el periódico se queda con dos, que vende el director, y yo necesito vender otros dos que vender. Cuando se publica una obra maestra, al librero avaro de ejemplares, se le revienta. Es innoble, pero yo vivo de esto, ¡yo y otros cien más!
    El mundo político no es mucho más hermoso que este mundo literario: todo en estos dos mundos es corrupción y en ellos cada hombre es o corruptor o corrompido. Cuando se trata de una librería algo considerable el librero me paga por miedo a verse atacado. Las actrices pagan también los elogios, pero las más hábiles pagan los denuestos; el silencio es lo que más temen. Por eso una apreciación hecha para ser contestada en otra parte, vale más y se paga más cara que un elogio seco, que se olvida al día siguiente. La polémica es el pedestal de las celebridades. Con este oficio de espadachín de ideas comienzo a ser considerado hombre temible.
   
Pero hay que saber atemorizarse. El uso prudente de una arma semejante puede conducir al éxito y Lousteau sueña con ser ministro “y hasta persona decente”, que todo es posible.
    Pero este oficio de espadachín literario tiene también sus riesgos y a veces se traban en combates desiguales con enemigos que los sobrepasan y pulverizan. Las derrotas, cuando son pequeñas, nos las consigna ninguno. Pero cuando son grandes y en torno al combate se ha hecho el escándalo suficiente, LOS COMPAÑEROS DEL VENCIDO LO ENVOLVERÁN EN EL SUDARIO DE MÁRTIR DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, con lo cual su dignidad de individuo (que no importa mucho) y la dignidad profesional, quedan (por el momento) a salvo.
    Pero Lousteau pertenece a una de las infanterías y sirve a Finot, el capitán, el director, que es muy consciente de su papel que le toca representar. La influencia y el poder del periódico está sólo en su aurora, dice este pionero. EL PERIODISMO SE ENCUENTRA EN LA INFANCIA PERO CRECERÁ. DENTRO DE DIEZ AÑOS TODO ESTARÁ SOMETIDO A LA PUBLICIDAD. EL PENSAMIENTO LO ILUMINARÁ TODO…Y LO MANCHARÁ TODO. Hará reyes y deshará monarquías.
    Hay que admitir entonces que, DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL GOBIERNO, LOS PERIÓDICOS SON UN MAL QUE PUEDEN UTILIZARSE O COMBATIRSE.
    En los tiempos en que Balzac diagnosticaba con tanta precisión el presente y vislumbraba el futuro, el dilema entre una alianza entre dos poderes que ya podía equipararse a una pugna aún no se resolvía. Es más, el gobierno (que no alcanzaba a medir en su a tamaño exacto la peligrosidad de su enemigo), se inclinaba hacia la represión y la violencia aunque ya podía observarse que tales medidas no eran eficaces porque “LAS IDEAS SÓLO HAN DE SER NEUTRALIZADAS POR IDEAS”.
    ¿QUÉ PUEDE LA FUERZA BRUTA CONTRA LAS ARGUCIAS INFINITAS A QUE SE RECURRE EN EL PAPEL? Si el gobernante obra bien y el periódico no le es favorable será el subordinado el que lo haya hecho todo y viceversa. SI EL PERIÓDICO INVENTA UNA CALUMNIA ES QUE SE LA HAN DICHO. SI EL INDIVIDUO SE QUEJA, QUEDARÁ ABSUELTO SIEMPRE QUE PIDA PERDÓN. SI EL PERIÓDICO ES LLEVADO A LOS TRIBUNALES SE LAMENTARÁ DE QUE NO HAYAN IDO A PEDIRLE QUE RECTIFICASE; PERO SE RÍE DE LAS PETICIONES Y CALIFICA SU CRIMEN DE ALGO SIN IMPORTANCIA. SI SE LE CASTIGA Y TIENE QUE PAGAR UNA MULTA SEÑALA AL QUERELLANTE COMO UN ENEMIGO DEL PAÍS Y LAS LUCES. Dirá que el señor tal es un ladrón, explicando como es el hombre más honrado del reino. PORQUE PUEDE, EN CIERTO TIEMPO, HACER CREER LO QUE QUIERE A QUIENES LO LEEN TODOS LOS DÍAS.
    Pero un gobierno que hace concesiones a los periodistas no logra sino mostrar su debilidad. La llaga, concluye Balzac, es incurable y será cada vez más maligna y cada vez más insolente; y cuanto más grande sea el daño, más se le tolerará “hasta el día en que la confusión se introduzca en los periódicos por su abundancia, como Babilonia”.
    Balzac, reconocido y aceptado como un escritor que pertenece a la corriente realista, nos ofrece un testimonio que tiene la validez de lo verdadero. Pero SU PROFECÍA ¿ES IGUALMENTE ACERTADA? ANUNCIÓ QUE LOS PERIÓDICOS IRÍAN MÁS LEJOS QUE LOS REYES EN LO QUE HACE A LA INGRATITUD; MÁS LEJOS EN LAS ESPECULACIONES Y EN CÁLCULOS QUE EL MÁS SUCIO COMERCIO Y QUE ENVILECERÍAN NUESTRAS INTELIGENCIAS CON SUS DESTILACIONES CEREBRALES. EL ANUNCIO ¿SE HA CUMPLIDO? QUE CONTESTEN LAS PERSONAS AUTORIZADAS O QUE SOSTENGAN QUE EL PERIÓDICO FUE LO QUE BALZAC HUBIERA QUERIDO QUE FUERA: UNA FORMA DE SACERDOCIO EN LA QUE LOS OFICIANTE ILUMINAN, ORIENTAN, CREAN.                        

viernes, 25 de marzo de 2011

Vacantiones.

Que las sacras autoridades de las sublimes y etéreas expresiones culturales,  así como las de las mundanas actividades cotidianas, disculpen mi intromisión en sus áreas de experiencia, es decir, el espacio y el tiempo que compartimos, pero decidí que cierta necesidad espiritual (buscar ingresos para sobrevivir) me movía a tomarme un descanso de las rutinarias actividades que hasta hace poco realizaba (trabajar sin  obtener ingresos). Así pues, tratando de evitar el descontento o el quebrantamiento de alguno de los parámetros que nuestra animosa, pujante, bien intencionada y próspera  burguesía suele considerar, procuré, en este paréntesis veraniego, no sólo mantener el ánimo que tan festivamente sale al encuentro de uno por estos lugares, no fuera a acontecer que un exceso de sinceridad denotara mi poca recurrencia a tan distinguidos entornos y que con ello desapareciera la posibilidad de mi postulación a un cargo de elección popular, el más rubio de la ciudad, del estado o del país, entre otros. Algunos, por ejemplo, jovialmente anunciaban “¿ya no sabe qué hacer con la crisis?, nosotros nos reímos de ella…
    Considero, según las sutiles normas de lo cool, lo chido y lo no cool, que un trato acartonado y excesivamente formal puede generar una sensación de distanciamiento. Sin embargo, este tono tan docto no pretende imitarlos, ni mucho menos realizar un sacrilegio ocupando sus altísimos pedestales, todo lo contrario.
    Espero pues que “científicos” y “ateneístas”, así como la próspera y optimista población de estos lugares dispense la presencia de mi persona que, antes de ofender, desea mantener la armonía y su propia vitalidad. Ya antes, algún conocido me había comentado de las terribles consecuencias de unas vacaciones indebidamente planeadas. Esta persona cuya familia, después de cansarse de su palacio con dos habitaciones, bodega incluida, cocina y comedor con techo de lámina y dos patios selváticos, propensos a convertirse en piscinas durante la estación estival, decidió aventurarse a la odisea de su vida con una hipoteca vitalicia en una zona en la que la creciente burguesía expresa su equilibrada participación ciudadana y respeto por una de sus grandes preocupaciones, la propiedad privada, mediante altavoces anunciando  invasivamente día y noche sus mercancías, su vitalidad con música que, en cualquier momento, irrumpe hasta la médula y su respeto por la libre empresa con improvisados puestos ambulantes.      
Ahora bien, considerando lo siguiente: 
  • Un afortunado salario mensual de US$300,
  • Uso y desgaste del vehículo particular para dicho trabajo, 
  • Gastos mensuales de US$125 en gasolina,
  • Gastos alimenticios mensuales de US$100,
El buen sentido del humor que por acá devotamente se profesa es casi delirante, de una forma contraría difícilmente se podría sobrellevar el hecho de que con los restantes US$75 se deban pagar los servicios de agua, luz, teléfono,  medicinas, consultas, ocio, ropa, gas, entretenimiento, educación, renta y/o hipoteca y demás bienes, servicios, “necesidades” y compromisos que nuestro progreso proporciona.                 

miércoles, 9 de febrero de 2011

Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas 2008.

Al contrastar la evolución de las Cartas Magnas en México y EE. UU., es posible observar, por un lado, las constantes “modificaciones” hechas a las leyes fundamentales en nuestro país, mientras que, por otro lado, resulta muy interesante apreciar la constancia de la Constitución de los Estados Unidos. Así, mientras que en México son observables por lo menos seis intentos (con mayor o menor éxito) de establecer leyes constitucionales, en los Estados Unidos su primera Constitución ha sido la única. Esto sin considerar, la desproporcionada disparidad en la cantidad de reformas hechas en las respectivas constituciones vigentes, así por ejemplo, en el caso de México 502 reformas desde 1917 y en el caso de Estados Unidos 27 desde 1787.          

Constituciones total o parcialmente vigentes en México desde el inicio de su independencia.
Constitución
Fecha de promulgación
Reformas a la
Constitución vigente
Constitución de Apatzingán
22 de octubre de 1814
---
Constitución Federal
4 de octubre 1824
---
Leyes Constitucionales
29 de diciembre de 1836
---
Bases de Organización Política de la Nación
13 de junio de 1843
---
Constitución de 1857
5 de febrero de 1857
---
Constitución de 1917
5 de febrero de 1917
502


Constitución vigente en Estados Unidos desde su independencia.
Constitución
Fecha de promulgación
Reformas a la
Constitución vigente
Constitución de Estados Unidos
17 de septiembre de 1787
27

En Estados Unidos, de acuerdo a Tocqueville: “El estado social es corrientemente el producto de un hecho, a veces de las leyes y muy frecuentemente de ambas cosas unidas; pero una vez que existe, se le puede considerar a él mismo como la causa primera de la mayor parte de las leyes, de las costumbres y de las ideas que rigen la conducta de las naciones. Así para conocer la legislación y las costumbres de un pueblo es necesario comenzar a estudiar su estado social…El estado social de los norteamericanos es eminentemente democrático. Ha tenido ese carácter desde el nacimiento de las colonias; lo tiene aún más en nuestros días…He sostenido en el capítulo precedente que predominaba una gran igualdad entre los emigrantes que fueron a establecerse a las orillas de Nueva Inglaterra. El germen mismo de la aristocracia no fue trasladado nunca a esa parte de la Unión.”
    Según este mismo autor: “Todas las colonias inglesas tenían entre sí, en la época de su nacimiento, un gran aire de familia. Todas, desde un principio, parecían destinadas a contribuir al desarrollo de la libertad, no ya de la libertad aristocrática de su madre patria, sino de la libertad burguesa de la que la historia del mundo no presentaba todavía un modelo exacto…Los emigrantes o, como ellos se llamaban a sí mismos, los peregrinos (pilgrims), pertenecían a esa secta de Inglaterra a la cual la austeridad de sus principios había dado el nombre de puritana. El puritanismo no era solamente una doctrina religiosa; se confundía en varios puntos con las teorías democráticas y republicanas más absolutas."
     En México, de acuerdo al Artículo 71. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos:
                            El derecho de iniciar leyes o decretos compete:
                            I. Al Presidente de la República;
                            II. A los Diputados y Senadores al Congreso de la Unión; y
                            III. A las Legislaturas de los Estados.
Ahora bien, ¿quiénes y quiénes no se encuentran informados sobre estos procedimientos?, ¿hasta qué punto inciden la participación ciudadana en esos proceso?, ¿quiénes efectivamente participan en ellos? y ¿quiénes se aproximan a sus representantes políticos?
     De acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas 2008, ante la pregunta ¿qué es lo que los diputados y senadores toman más en cuenta al elaborar las leyes?, los resultados fueron los siguientes:
Y mientras que ocho de cada diez ciudadanos opinan que los partidos políticos son poco, algo o muy necesarios para que el gobierno funcione:


Por otro lado, siete de cada diez mexicanos no tiene confianza o tiene poca confianza en los partidos políticos: 


En pleno siglo XXI, ¿es deseable que, en México, la injerencia de las personas en los asuntos públicos sea parecido al de aquellos puritanos norteamericanos?, y en todo caso, ¿cómo y hasta qué punto las personas menos privilegiadas en nuestro país tienen una influencia efectiva en los diversos asuntos del poder, sobre todo si se considera que, según lo indica esta encuesta, muchos no encuentran gran interés en estos asuntos?  

lunes, 7 de febrero de 2011

…“Y vivió feliz largos años.”

…“Y vivió feliz largos años.” Tantos, como aquellos en que la gente no puso reparos en su falla. Él mismo no había concedido mayor importancia a la oscuridad que le arrebataba media visión. Desde pequeñuelo se advirtió el defecto, pero con filosófica resignación habíase dicho: “Teniendo uno bueno, el otro resultaba un lujo.” Y fue así como se impuso el deber de no molestarse a sí mismo, al grado de que llegó a suponer que todos veían con la misma misericordia su tacha; porque “teniendo uno bueno…”
    Más llegó un día infausto; fue aquel cuando se le ocurrió pasar frente a la escuela, en el preciso momento en que los muchachos salían. Llevaba él su cara alta y el paso garboso, en una mano la cesta desbordante de frutas, verduras y legumbres destinadas a la vieja clientela.
    “Ahí va el tuerto”, dijo a sus espaldas una vocecita tipluda.
    La frase rodó en medio del silencio. No hubo comentarios, ni risa, ni algaraza…Era que acababa de hacerse un descubrimiento.
    Sí, un descubrimiento que a él mismo le había sorprendido.
    “Ahí va el tuerto”… “el tuerto”… “tuerto”, masculló durante todo el tiempo que tardo su recorrido de puerta en puerta dejando sus “entregos”.
    Tuerto, sí seño, él acabo por aceptarlo: en el fondo del espejo, trémulo entre sus manos, la impar pupila se clavaba sobre un cúmulo que se interponía entre él y el sol…
    Sin embargo, bien podría ser que nadie le diera valor al hallazgo del indiscreto escolar... ¡Andaban tantos tuertos por el mundo! Ocurriósele entonces (imprudente) poner a prueba tan optimista suposición.
    Así lo hizo.
    Pero cuando pasó frente a la escuela, un peso terrible lo hizo bajar la cara y abatir el garbo del paso. Evitó un encuentro entre su ojo huérfano y los múltiples burlones que lo siguieron tras la cuchufleta: “Adiós, media luz”.
    Detuvo la marcha y por primera vez miro como ven los tuertos: era la multitud infantil una mácula brillante en medio de la calle, algo sin perfiles, ni relieves, ni volumen. Entonces las risas y las burlas llegaron a sus oídos con acentos nuevos, como oyen los tuertos.
    Desde entonces la vida se le hizo ingrata.
    Los escolares dejaron el aula porque habían llegado las vacaciones: la muchachada se disperso por el pueblo.
    Para él la zona peligrosa se había diluido: ahora era como un manchón que se extendía por todas las calles, por todas las plazas…Ya el expediente de regir su paso por el portón del colegio no tenía valimiento: la desazón le salía al paso, desenfrenada, agresiva. Era la parvada de rapaces que a coro le gritaban:
                Uno, dos, tres,
                tuerto es…
O era el mocoso que tras el parapeto de una esquina lo increpaba:
    “Eh, tú, prende el otro farol…”
Sus reacciones fueron evolucionando: el estupor se hizo pesar, el pesar, vergüenza y la vergüenza, rabia, porque la broma la sentía como injuria y la gresca como provocación.
    Con su estado de ánimo, pero sin perder aquel aspecto ridículo, aquel aire cómico que tanto gustaba a los muchachos:
                Uno, dos, tres
                tuerto es…
Y él ya no lloraba; se mordía los labios, berreaba, maldecía y amenazaba con los puños apretados.
    Mas la cantaleta era tozuda y la voluntad caía en resultados funestos.
    Un día echó mano de piedras y las lanzó una a una con endemoniada puntería contra la valla de muchachos que le cerraban el paso; la pandilla se dispersó entre carcajadas. Un nuevo mote salió en esta ocasión: “Ojo de tirador.”
    Desde entonces no hubo distracción mejor para la caterva que provocar al tuerto.
    Claro que había que buscar remedio a los males. La madre amante recurrió a la terapéutica de todas las comadres: cocimientos de renuevos de mezquite, lavatorios con agua de malva, cataplasmas de vinagre aromático…
    Pero la porfía no encontraba dique:
                Uno, dos, tres,
                tuerto es…
Pescó por una oreja al mentecato y, trémulo de sañas, le apretó el cogote, hasta hacerlo escupir la lengua. Estaban en las orillas del pueblo, sin testigos; ahí pudo erigirse la venganza, que ya surgía en espumarajos y quejidos…Pero la inopinada presencia dos hombres vino a evitar aquello que ya palpitaba en el pecho del tuerto como un goce sublime.
    Fue a parar a la cárcel.
    Se olvidaron los remedios de la comadrería para ir en busca de las recetas del médico. Vinieron entonces pomadas, colirios y emplastos, a cambio de transformar el cúmulo en espeso nimbo.
    El manchón de la inquina había invadido sitios imprevistos: un día, al pasar por el billar de los portales, un vago probó la eficacia de la chirigota:
    “Adiós, ojo de tirador…
Y el resultado no se hizo esperar; una bofetada del ofendido determinó que el grandullón le hiciera pagar muy caros los arrestos…Y el tuerto volvió aquel día a casa sangrante y maltrecho.
    Buscó en el calor materno un poquito de paz y en el árnica alivio a los incontables chichones…La vieja acarició entre sus dedos la cabellera revuelta del hijo que sollozaba sobre sus piernas.
    Entonces se pensó en buscar por otro camino ya no remedio a los males, sino tan sólo disimulo de la gente para aquella tara que les resultaba fastidiosa.
    En falla de los medios humanos, ocurrieron al concurso de la divinidad: la madre prometió a la virgen de San Juan de los Lagos llevar a su santuario al muchacho, quien sería portador de un ojo de plata, exvoto que dedicaban a cambio de templar la inclemencia del muchacherio.
    Se acordó que él no volviese a salir a la calle; la madre lo sustituiría en el deber diario de surtir las frutas, las verduras y las legumbres a los vecinos, actividad de la que dependía el sustento de ambos.
    Cuando todo estuvo listo para el viaje, confiaron las llaves de la puerta de su chiribitil a una vecina y, con el corazón lleno y el bolso vano, emprendieron la caminata, con el designio de llegar frente a los altares de la milagrería, precisamente por los días de la feria.
    Ya en el santuario, fueron una molécula de la muchedumbre. Él se sorprendió de que nadie señalara su tacha; gozaba de ver a la gente cara a cara, de transitar entre ella con desparpajo, confianzudo, amparado en su insignificancia. La madre lo animaba: “Es que el milagro ya empieza a obrar… ¡Alabada sea la virgen de San Juan…!”
    Sin embargo, él no llegó a estar muy seguro del prodigio y se conformaba con disfrutar aquellos momentos de ventura, empañados de cuando en cuando por lo que, como un eco remotísimo, solía llegar a sus oídos:
                Uno, dos, tres,
                tuerto es…
Entonces había en su rostro pliegues de pesar, sombras de ira y resabios de suplicio.
    Fue la víspera del regreso; caía la tarde cuando las cofradías y las peregrinaciones asistían a las ceremonias de “despedida”. Los danzantes desempedraban el atrio con su zapateo contundente; la musiquilla y los sonajeros hermanaban ruido y melodía para elevarlos como el espíritu de una plegaria. El cielo era un incendio; millares de cohetes reventaban en escándalo de luz, al estallido de su vientre ahíto de salitre y pólvora.
    En aquel instante, el seguía embobado, la trayectoria de un cohetón que arrastraba como cauda gruesa una varilla…Simultáneamente al trueno, un florón de luces brotó en otro lugar del firmamento; la única pupila busco recreo en las policromías efímeras…De pronto el sintió un golpe tremendo en su ojo sano…Siguieron la oscuridad, el dolor, los lamentos.
    La multitud lo rodeó.
-    La varilla de un cohetón ha dejado ciego a mi muchachito- gritó la madre, quien imploró después-: Busquen un doctor, en caridad de Dios.
Retornaban. La madre hacía de lazarillo. Iban los dos trepando trabajosamente la pina falda de un cerro. Hubo de hacerse un descanso. Él gimió y maldijo su suerte…Mas ella, acariciándole la cara con sus dos manos, le dijo:
-    Ya sabía yo, hijito, que la virgen de San Juan no nos iba a negar un milagro… ¡Porque lo que ha hecho contigo es un milagro patente!
Él puso una cara de estupefacción al escuchar aquellas palabras.  
-    ¿Milagro, madre? Pues no se lo agradezco, he perdido mi ojo bueno en las puertas de su templo.
-    Ése es el prodigio por el que debemos bendecirla: cuando te vean en el pueblo, todos quedaran chasqueados y no van a tener más remedio que buscarse otro tuerto de quien burlarse…Porque tú, hijo mío, ya no eres tuerto.
Él permaneció silencioso algunos instantes, el gesto de amargura fue mudando lentamente hasta transformarse en una risa dulce, sonrisa de ciego, que le iluminó toda la cara.
-    ¡Es verdad, madre, yo ya no soy tuerto…! Volveremos el año que entra; sí, volveremos al santuario para agradecer las mercedes a Nuestra Señora.
-    Volveremos hijo, con un par de ojos de plata.
Y, lentamente, prosiguieron su camino.
          
La Parábola del Joven Tuerto, Francisco Rojas González.  

  
  

Buena visión (panóptica).

“Artículo primero. Se castigará con la PENA DE MUERTE, además de a los trastornadores del orden público que señala la ley del 25 de enero de 1862: 
  • Primero. A los que inciten a la suspensión del trabajo en las fábricas o empresas destinadas a prestar servicios públicos o la propaguen: a los que presidan las reuniones en que se proponga, discuta o apruebe; a los que defiendan y sostenga; a los que la aprueben o suscriban; a los que asistan a dichas reuniones o no se separen de ellas tan pronto como sepan su objetivo, y a los que procuren hacerla efectiva una vez que se hubiese declarado. 
  • Segundo. A lo que con motivo de la suspensión de trabajo en las fábricas o empresas mencionadas o en cualquiera otra, y aprovechando los trastornos que ocasiona, para agravarla o imponerla destruyan o deterioren los efectos de la propiedad de las empresas a que pertenezcan los operarios interesados en la suspensión o de otras cuyos operarios se quieran comprender en ella; y a los que con el mismo objeto provoquen alborotos públicos o bienes de cualquier ciudadano, o que se apoderen, destruyan o deterioren bienes públicos o de propiedad particular…”
Ciudad de México, 1 de agosto de 1916
Venustiano Carranza

Con el predominio del grupo carrancista el poder político pasó a los elementos representativos de los sectores medios marginados durante el porfiriato. La política carrancista representó esencialmente los intereses propios de los sectores medios urbanos y rurales. Para institucionalizar su sistema de dominación política y lograr la reestructuración económica, incorporaron a los grupos más importantes de las clases populares, pero manteniendo sobre ellos un control indiscutible. La incorporación subordinada de obreros y campesinos se logró por medio de: 
  • La derrota de los principales caudillos populares (Villa y Zapata),
  • Otorgando ciertas concesiones a los reclamos de estos, y 
  • La cooptación sistemática de sus representantes o la represión de los que se resistieran.
Para Katz: “No había nada de muy revolucionario en la política económica nacionalista de Carranza. Lo que se propuso fundamentalmente fue restablecer las condiciones del porfiriato en beneficio de grandes segmentos de la clase alta tradicional del México y de su nueva burguesía. El propósito de Carranza era ganarse a estos grupos a expensas tanto de los intereses extranjeros como de las clases más bajas de la sociedad mexicana, sobre cuyos hombros habría de caer la carga de los costos de la revolución. Por razones obvias, le fue mucho más fácil imponer dicha carga a los pobres que a los intereses extranjeros.”
    Pronto, Álvaro Obregón se convirtió en el imán de una nueva alianza política. En alguna ocasión, cuando se le preguntó si tenía buena vista respondió: “La tengo muy buena. Imagínese que alcancé a ver la presidencia desde Huatabampo”.
    En junio de 1919, Obregón lanzó su candidatura presidencial. Desde entonces, se abrió una brecha entre el gobierno de Sonora y Carranza, que apoyaba a Ignacio Bonillas. El 23 de abril de 1920, el gobernador de Sonora, Adolfo de la Huerta, se rebeló formalmente con el Plan de Agua Prieta y encabezó el Ejercito Libertador Constitucionalista. Obregón acusó a Carranza de intentar imponer a Bonillas en la presidencia y la rebelión cundió por todo el país. El 7 de mayo de 1920 Carranza tuvo que evacuar el D. F. y el 21 de mayo fue asesinado en Tlaxcalantongo. Los obregonistas “inculpablemente serenos se fueron a lo suyo” y el mismo día del entierro de Carranza se fijó la fecha para las elecciones generales y se designó presidente provisional a Adolfo de la Huerta.
    Con Álvaro Obregón inició la hegemonía del grupo revolucionario sonorense. Obregón enfrentó y derrotó a Carranza sin la participación de una parte importante del ejército federal, el comandado por Pablo González. Los ejércitos obregonistas recibieron una amplia recompensa a su lealtad, mediante ascensos y la posibilidad de usar sus cargos en beneficio personal.         


martes, 1 de febrero de 2011

Carranza felicita a Obregón.

Señor General Álvaro Obregón. Celaya, Gto. Acabo de recibir el mensaje de usted en que me comunica el brillante triunfo alcanzado hoy en las inmediaciones de esa ciudad sobre las fuerzas de la reacción capitaneadas por Francisco Villa. Felicito a usted y al Ejército bajo su mando, el primero que encuéntrase en lucha por la libertad venciendo en una batalla al Ejército más numeroso y de mayores elementos que se han puesto frente a los ejércitos del pueblo, que han luchado por sus derechos y por su libertad. Con la victoria de hoy queda vencida la reacción y espero que muy pronto terminará esta guerra que tantos sacrificios y tanta sangre de buenos hijos ha costado a la Nación. Con pena me he impuesto de las perdidas que hemos tenido. Salúdolo respetuosamente.
V. Carranza.

Cuartel General en Celaya, Gto. Abril 7 de 1915. Señor V. Carranza. Veracruz. Satisfáceme comunicar a usted que en estos momentos 7:30 p.m. regreso a este campamento, así como las fuerzas de caballería que batieron en su retirada al enemigo. A grandes rasgos y a reserva de rendirle el parte detallado, me permito darle en este mensaje algunos detalles del combate. A las 10:00 a.m. de ayer una columna de las tres armas, al mando de Doroteo Arango (alias Francisco Villa) atacó nuestra retaguardia que estaba mandada por el general Fortunato Maycotte. A las doce salí personalmente con un tren de mil quinientos hombres a proteger al general Maycotte, quedando en el campamento los generales Hill y Castro comandantes de las divisiones de infantería y caballería respectivamente, alistando a todas las demás unidades de este Cuerpo de Ejército de Operaciones…a la una de la tarde de hoy ordené se tomara la ofensiva…Villa fue el primero en huir…Los jefes que tomaron parte en este hecho de armas son: Generales Castro y Hill jefes de las divisiones de caballería e infantería respectivamente; generales Leveaga y Manzo, jefes respectivamente de las brigadas primera y segunda de infantería de Sonora, generales Alejo G. González, Fortunato Maycotte, Jesús S. Novoa y Alfredo Elizondo de la División de Caballería del general Castro, generales Martín Triana y Luis M. Hernández quien aun no tiene mando de fuerzas, estuvo siempre en mi compañía juntamente con mi Estado Mayor. Los citados jefes con sus subordinados, se portaron con la suficiente energía para verle la espalda a los traidores. Felicítole por este triunfo. Respetuosamente."
General en Jefe. 
Álvaro Obregón.