No pasan de las ocho de la mañana y mi domingo comienza con un estridente coro New Age, música gregoriana, con la que la parroquia local intenta hacer más amable su llamada a los feligreses. En alguna ocasión incluso usaron la canción de REM “Loosing my religion” en ese estilo y para los fines ya antes mencionados. Hoy es el domingo 20 de noviembre de 2011 y de está manera comienzan los conmemorativos de la revolucionaria fecha. En democrática procesión la vecindad entera se dispone a hacer acto de presencia ante el dictador que amenaza la tranquilidad de sus, como les llaman ahora, cotos privados. Efectivamente, privados de tranquilidad, ridículamente intentan encerrarse en su ficticia abundancia primermundista y clase-mediera de tal manera que cualquier amenaza a su tranquila y enajenante rutina los desconcierta, aterroriza y alarma.
No es posible, le dice la ex vecina que se mudó a un residencial más limpio, prospero y armonioso a la muchacha de los tamales, escucha nada más a ese vecino raro, es una fresita con crema, seguramente sus filarmónicos gustos no le permiten compartir unas palabras con su humilde pero sofisticado y cosmopolita vecindario. - Sí, contesta la tamalera, y encima de todo es limpio, todos los días barre, trapea y plancha - Pobres de sus padres, contesta la prospera ex-vecina con su túnica y gafas oscuras, seguramente debe ser difícil tener un hijo así de maricón. Habría que tener cuidado, según mi marido, usted sabe en lo que andan los periodistas, GENTE como esa podrían ser los Predadores, Michael Jackson, Succar Kuri y pederastas de siempre, es el México Rojo Salvaje y Brutal. Definitivamente, que bueno que los persigan, se merecen eso y más, los deberían quemar en leña verde que paguen todo lo que debe a nuestra sociedad, a sus padres y vecinos, el karma, el karma y Dios que todo lo ve. Y un estruendo de chillidos que asemejan carcajadas maliciosas se hace presente ya desde tales horas de la madrugada mientras que, al mismo tiempo, para no contaminar sus vibraciones positivas pasan a otro tema, la nueva postura meditativa, fiera en celo, aprendida en la clase de yoga se vuelve el nuevo tema de conversación.
Ante este panorama, mis propias inquietudes sexuales pasan a segundo, tercero o cuarto termino, la satisfacción o insatisfacción en ese rubro de la vida tiene tiempo que no me resulta un tema de controversia, todo tipo de duda existencial se pausa en anotaciones varias a las que luego tendré que volver. Mis inquietudes son de otro tipo, por ejemplo, en último grado, supongo que los productores nacionales de armamentos se están beneficiando enormemente con la guerra contra el terror que causan las múltiples actividades ilícitas en nuestro país y que la burguesía nacional incrementa sus beneficios materiales y espirituales al Son de la Negra, el Sinaloense o en su defecto con los Caminos de Michoacán. En lo particular nunca me han gustado las bravuconadas a excepción de las que son irrefutablemente cómicas, aunque, también considero que toda comedia ampliamente disfrutada se vulgariza al extremo de encontrarse próxima a la bravuconada. Por este motivo la bravuconería en el folklore mexicano me resultaría sumamente cómica de no ser por la muerte, devastación, desolación, enajenación y cinismo que ayuda a fomentar. En México, la perspectiva se justifica, estúpidamente, como pragmática y accesible debido a que entre el “Care Bear” y el “I Don’t Care A Fucking Shit” no existe ninguna graduación y el mostrar alguna de las dos postura implicaría, como eruditamente lo estableció una estimadísima compañera sudaca, “el que no coge es porque le gusta que se lo cojan”.
“Oh baby, baby is a wild world, I always remember you…” efectivamente desde muy temprano me viene a mi cabeza las letras de Sor Juana en donde dice “Mujeres necias que acusáis al hombre…” y après de prendre ma petit-déjeuner je parte à ma chambre de chômeur con las siguientes cuestiones “how can we dance while the house is burning?”, ¿cómo es posible que la democracia mexicana esté albergando semejantes debates bizantinos como el del sexo de los ángeles mientras ya hace casi dos siglos que los perdimos (a los ángeles quiero decir)? Entonces se supone que por el bien y la saludad de nuestra robusta democracia hay que retomar con formidable interés por los menos algunos de las siguientes dudas existenciales sudamericanas aunque mexicanas en su apogeo, a saber:
1) ¿macho o hembra?, 2) ¿blanco o negro?, 3) ¿derecha o izquierda?, 4) ¿todo o nada?, 5) ¿santo o demonio?, 6) ¿grosor o longitud?, 7) ¿cuerpo o alma?, 8) ¿vivo o muerto?... y así sucesivamente. Con toda propiedad, me parecen lugares comunes de gente común que aspira mucho a mucho. Y, sinceramente, no deja de sorprenderme la cantidad de personas con una orientación no heterosexual que se adhieren al decreto y aunque mucho disfruten de ser auscultados pretenden mantenerse machos de espíritu. Del mismo modo que el autoproclamado ladino judeo-hispano que va por la vida advirtiendo en contra de la mala vibra de los nacos e indios se considera así mismo fuertemente vinculado con Luther King.
Hasta aproximadamente las dos de la tarde justo enfrente de mi casa estuvo, como ha sido habitual desde hace ya tiempo, el expendio de tacos que en día domingo trabaja doble turno obstruyendo la vialidad, generando tráfico, ruido, basura, consumo ilegal de electricidad, invasión de cocheras, etc. durante el horario matutino y vespertino. En la mismísima esquina como preparando un tianguis se ubica también un vendedor, no con mayores formalidades, de tortas ahogadas. Una vendedora de pan y ocasionalmente un vendedor de productos lácteos. A estos los solía acompañar un pobre alcohólico que viciosamente le daba por cantar todo el repertorio clásico y actual del “rompe y rasga”. Justo enfrente más tarde en plena vialidad, mitad en la banqueta y mitad en la zona vehicular, se encuentra ubicada una laboriosa y emprendedora organización que prepara mariscos para su venta y consumo. De acuerdo con algunos destacados teóricos politólogos el escenario anteriormente descrito es la perfecta imagen de la Utopía. Una esquina que de la noche a la mañana desde hace aproximadamente seis años se convirtió en el embrionario espacio del comercio informal, ambulante y rapaz como modelo de iniciativa privada nacional y/ o en su defecto de colaboración izquierdista en la que solamente falta un líder “piquetero”, “cartonero”, etc. que comande y organice las bases, legitimas fuentes populares de un grupo de arribistas que reclaman como propia tanto la localidad como toda las ganancias que allí se originan a cualquier costo y cualquiera que sea su origen, no está de más mencionar que decididamente sin referencias.
Aunque usted no lo crea, este barrio, no obstante que por los exquisitos y refinados alrededores me acusen de “salvatrucha”, barrio me parece el término más expandido entre los países hispanoparlantes para hacer referencia al más próximo de los espacios geográficos en que se desarrollan los individuos y grupos humanos y, por lo tanto, este barrio desconectado e improvisado respecto al integral desarrollo de esta zona urbana ha cumplido su misión histórica, convertirse en esa Ciudad de Dios, al estilo fílmico brasileño, que después de un inicio como conjunto habitacional de interés social ha terminado como gueto, lleno de informalidad, ambulantaje, fanatismo religioso, absoluta ausencia de cultura un poco más elaborada que la de los narcocorridos y por todo ello hay que alabar y tratar de quedar en gracia. Día y noche, transitan misteriosa y sospechosamente vehículos que hace sonar sus mil fuentes de sonora contaminación, el escape, el ruido de sus motores, los gritos de sus indeseables familias, los altoparlantes del gas cuyo trademark puede ser A, B, C, etc. Es realmente primoroso observar que a las doce de la noche cuando aún se escriben estás líneas siguen transitando vehículos que en sus mil formas, colores, velocidad y dirección han aprendido a avisar, a comunicar que si no es usted alguien más tomará las riendas de esta surrealista experiencia de nacional socialismo, políticamente madura y que ha sabido evolucionar conforme a la realidad que se le presenta de un modelo globalizador y capitalista hacía un fascismo a la chichimeca (hay que recordar que nos encontramos en las periferias de Tenochtitlán).
Francamente yo no se hacia que dirección encaminar mis hipótesis aunque definitivamente este experimento democrático de vecindad ha terminado por invocar por igual al Papa y toda la cohetería del bajo clero mexicano que de tal manera expresa indistintamente su pesar y satisfacción, al sexo que noche y día se pretende controlar, hasta el más mínimo intento de erección o recreación visual, con la pavorosa imposición de un homo-erotismo militante, intrusivo y casi obligatorio, con el feminismo tercermundista de verdulería. Se ha invocado también al rock and roll, desde luego, no podía faltar de que otra forma apendejar a tantos pendejos de espíritu salvo que con el regetton, los tamborazos norteños y desde luego su exaltación wanna be a las proezas del narcotráfico, de la narco-moral, la narco-política, toda la violencia y obscenidad de esta forma generada en todo momento, en todo lugar. Se ha invocado por igual al santo espíritu emprendedor de todos estos ambulantes y a su laboriosidad como una incubadora de la iniciativa privada local, la futura y prospera burguesía al mismo tiempo que se argumenta un izquierdismo sospechosamente teledirigido desde lugares con mejores desarrolladores del progreso, paz y orden social en especial para todo aquel que se inconforme con sus actividades invasivas y su discurso pseudo o cuasi izquierdista plagado de misticismo, magia, religión, esoterismo, hembrismo, caballerosismo, heroísmo, protagonismo, conservadurismo, revanchismo, en fin, de la vulgaridad propia de las turbas envalentonadas. “Nosotros vs. Ti” porque después de “Ti” no hay nada. En efecto no hay nada de revolucionario, de novedoso, de heroico, de patriótico, de mágico, de izquierdista y después de “Ti” viene el caciquismo, la corrupción, el acarreo, los misterios sin resolver, los asesinatos, el narcotráfico, el acaparamiento, la caótica improvisación de estos lugares, el embrutecimiento, la enajenación, aislados sollozos entre la obscena satisfacción de los trogloditas. ¿Presa o cazador?, ¿derecha o izquierda?, ¿macho o hembra?...
Aunque usted no lo crea, este barrio, no obstante que por los exquisitos y refinados alrededores me acusen de “salvatrucha”, barrio me parece el término más expandido entre los países hispanoparlantes para hacer referencia al más próximo de los espacios geográficos en que se desarrollan los individuos y grupos humanos y, por lo tanto, este barrio desconectado e improvisado respecto al integral desarrollo de esta zona urbana ha cumplido su misión histórica, convertirse en esa Ciudad de Dios, al estilo fílmico brasileño, que después de un inicio como conjunto habitacional de interés social ha terminado como gueto, lleno de informalidad, ambulantaje, fanatismo religioso, absoluta ausencia de cultura un poco más elaborada que la de los narcocorridos y por todo ello hay que alabar y tratar de quedar en gracia. Día y noche, transitan misteriosa y sospechosamente vehículos que hace sonar sus mil fuentes de sonora contaminación, el escape, el ruido de sus motores, los gritos de sus indeseables familias, los altoparlantes del gas cuyo trademark puede ser A, B, C, etc. Es realmente primoroso observar que a las doce de la noche cuando aún se escriben estás líneas siguen transitando vehículos que en sus mil formas, colores, velocidad y dirección han aprendido a avisar, a comunicar que si no es usted alguien más tomará las riendas de esta surrealista experiencia de nacional socialismo, políticamente madura y que ha sabido evolucionar conforme a la realidad que se le presenta de un modelo globalizador y capitalista hacía un fascismo a la chichimeca (hay que recordar que nos encontramos en las periferias de Tenochtitlán).
Francamente yo no se hacia que dirección encaminar mis hipótesis aunque definitivamente este experimento democrático de vecindad ha terminado por invocar por igual al Papa y toda la cohetería del bajo clero mexicano que de tal manera expresa indistintamente su pesar y satisfacción, al sexo que noche y día se pretende controlar, hasta el más mínimo intento de erección o recreación visual, con la pavorosa imposición de un homo-erotismo militante, intrusivo y casi obligatorio, con el feminismo tercermundista de verdulería. Se ha invocado también al rock and roll, desde luego, no podía faltar de que otra forma apendejar a tantos pendejos de espíritu salvo que con el regetton, los tamborazos norteños y desde luego su exaltación wanna be a las proezas del narcotráfico, de la narco-moral, la narco-política, toda la violencia y obscenidad de esta forma generada en todo momento, en todo lugar. Se ha invocado por igual al santo espíritu emprendedor de todos estos ambulantes y a su laboriosidad como una incubadora de la iniciativa privada local, la futura y prospera burguesía al mismo tiempo que se argumenta un izquierdismo sospechosamente teledirigido desde lugares con mejores desarrolladores del progreso, paz y orden social en especial para todo aquel que se inconforme con sus actividades invasivas y su discurso pseudo o cuasi izquierdista plagado de misticismo, magia, religión, esoterismo, hembrismo, caballerosismo, heroísmo, protagonismo, conservadurismo, revanchismo, en fin, de la vulgaridad propia de las turbas envalentonadas. “Nosotros vs. Ti” porque después de “Ti” no hay nada. En efecto no hay nada de revolucionario, de novedoso, de heroico, de patriótico, de mágico, de izquierdista y después de “Ti” viene el caciquismo, la corrupción, el acarreo, los misterios sin resolver, los asesinatos, el narcotráfico, el acaparamiento, la caótica improvisación de estos lugares, el embrutecimiento, la enajenación, aislados sollozos entre la obscena satisfacción de los trogloditas. ¿Presa o cazador?, ¿derecha o izquierda?, ¿macho o hembra?...
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