jueves, 23 de diciembre de 2010

Un soñador en Chapultepec.

El 21 de mayo de 1911, por medio del Tratado de Ciudad Juárez, la movilización maderista logró derrocar a Porfirio Díaz de la presidencia de México, sin embargo, muchas las instituciones del porfiriato siguieron intactas y vigentes, el ejército entre otras. Renunciando a un puesto que se consideraba le correspondía  solamente a él, Madero cedió la presidencia provisional al antiguo secretario de Relaciones el  ex-funcionario porfirista, León de la Barra.
    Los Tratados de Ciudad Juárez omitieron toda alusión al artículo tercero del Plan de San Luis que mencionaba lo siguiente:

Abusando de la ley de terrenos baldíos numerosos pequeños propietarios, en su mayoría indígenas, han sido despojados de sus terrenos…Siendo de toda justicia restituir a sus antiguos poseedores los terrenos que se les despojó y fallos y se les exigirá a los que los adquirieron de un modo tan inmoral que los restituyan a sus primitivos propietarios, a quienes pagarán también una indemnización por los perjuicios”.

    En octubre de 1911, por medio de las urnas, Madero asumió la presidencia en la que pronto encontraría tantas y tan variadas resistencias, entre otras las siguientes:  
  • En junio de 1911, Emilio y Francisco Vázquez Gómez hicieron causa política para imponer el cumplimiento del Plan de San Luis. Los vazquistas intentaron disolver al gobierno interino. Cuando Madero disolvió el Partido Antirreeleccionista, para formar el Partido Constitucional Progresista se profundizaron las diferencias con los Vázquez Gómez. Durante las elecciones de octubre la rebelión vazquista estaba plenamente incubada. Este alzamiento atrajo a varios ex maderistas como Emilio Campa y José Inés Salazar.
  • La rebelión zapatista duro todo el gobierno de Madero. El 25 de noviembre de 1911 se firmó el Plan de Ayala en el que se establecía que pueblos y ciudadanos entrarían en posesión de terrenos, montes y demás bienes incluso por medio de las armas. El documento nombraba a Pascual Orozco como líder de la rebelión y a Zapata, en caso de que Orozco se negara. 
  • En marzo de 1912, con el Plan de la Empacadora, Orozco encabezaría su propia rebelión. Esta fue el punto culminante de una serie de desacuerdos con Madero, entre otros: su desplazamiento como candidato al gobierno de Chihuahua, la solicitud maderista de eliminar a los zapatistas y de apoyar al gobernador de Chihuahua. Victoriano Huerta se encargó de pacificar a la rebelión orozquista. 
  • En octubre de 1912, desde Veracruz, Félix Díaz también se levantó en armas.  
Desde la democracia, al gobierno de Madero se le erosionó en los siguientes escenarios: 
  • El Congreso. Las cámaras de diputados y senadores fueron el lugar de la contrarrevolución y la división maderista. Ahí se exigieron todas las garantías para los intereses del viejo régimen.
  • Desde los periódicos se imponía la exageración y la burla, se caracterizaba un país inestable y un gobierno inepto. Ver, por ejemplo, la siguiente editorial de Trinidad Sánchez Santos en el periódico católico "El País": 

¿Quién es ojo parado?
Una simpática amiga que se llama “Era” (referencia a “Nueva Era” diario pro-maderista), porque es hoy lo que ayer era “El imparcial”, aunque sin talento; pero a la que no podemos llamar Nueva, por la misma razón de no poder llamar nuevo a don Sebastián Camacho, sufre ahora la comezón inconsolable, el ataque del prúrigo, o como dice don Gustavo Madero, plúrito, de saber quien es Ojo Parado, y ha nombrado en comisión a “El País” para que se lo diga (…)
            Pues como la revolución de Tuxtepec trajo la Chirriona Mona, la revolución de Chihuahua ha traído a Ojo Parado. A duras penas se logró averiguar quién era la Chirriona Mona; probemos fortuna en inquirir quién es Ojo Parado. Sentimos orgullo de la comisión y el acicate de la dificultad, que no es poca. Porque, plántese Ud. En medio de las cuatro esquinas y pregúntele a los vientos reinantes ¿Quién es ojo parado?
            El nombre solo es ya una novedad imponente. Porque todo el mundo había oído hablar de ojos dormidos; ojos de estrella; ojos vivarachos; de paloma; ojos terribles; ojos de contra Dios; ojos de gacela; ojos de mala hora; ojos de lechuza, etc., etc., A los tuertos que tienen un ojo blanco les dicen de huevo duro; a los anémicos chinguiñosos; a los ribeteados de rojo, de hormilla; a lo verdes, muñiga de loro; a los saltones para el frente, veneno; a los saltones para arriba pujos; a los grandes y mansos, borrego muerto; a los chicos pipis y gañas; a los miopes, ¿cuántos dedos hay aquí?; a los que ven de lado con todo el ojo, ojo de mula; a los que ven de frente con medio ojo, ojo de viuda; al ojo alargado, chiflido; al redondo ojo de tlaco; al sin pestañas, bruja; al pestañado rabo de puerco. Pero ¿Ojo Parado?
            ¿Cómo orientarse para descubrir al sujeto de la metáfora? Ante todo, ¿qué cosa es parado? ¿Quién es el parado? ¿el que esta de pie y viene andando y se detiene?(…)
            Se dice de un reloj que está parado cuando no funciona; se dice de un negocio que no camina; se dice de un guisote que se llama Aton parado; se dice de un gendarme cuando no duerme; se dice de los frijoles cuando están cocidos.
            ¿A cuál de todas esas acepciones se asimila la de Ojo Parado? ¿Por qué es parado? ¿Por qué no se mueve, porque está crudo o porque, como el aton, indigesta?
            Hay que averiguarlo: forma parte de ello nuestra honrosa comisión.
Entre tanto, so se oye hablar en Méjico de otra cosa más que de Ojo Parado.
Que llega un repórter:
-         Repórter: Señor; es un hecho que se va a desconocer el Partido Antirreeleccionista, para echarle oficial encima con otro que se llamara Progresista.
-         Señor: Y, ¿quién ha hecho eso?
Que llega otro (…)
-         Repórter: Anda por ahí una chusma apedreando a los que proclaman a de la Barra y a los periódicos independientes.
-         Señor: Y ¿Quién los maneja y les paga?
-         Repórter: Ojo Parado
En la calle: ¿Sabe Usted la barbaridad del día? Pues ya está Rosales impuesto al Estado de Hidalgo; y Meléndez a Puebla, y Fuentes a Aguascalientes, etc., etc.,
-         Pero ¿a quien debemos tan grandes hazañas?
-         ¡Hombre, no se haga usted el niño! Todo el mundo sabe que es Ojo Parado.
Que los periódicos maderistas insultan soezmente a De la Barra, y a García Granados, y a Figueroa, y cuanto honorable hay en Méjico; no pregunte usted por el autor de esas atrocidades, porque desde el mecapalero de la esquina, hasta el encopetado burócrata, le dirán: Ojo Parado. En fin, que si graniza, si tiembla, si hay gripa, de todo tiene culpa Ojo Parado (…)
            Y de ahí no pasan; y aquí nos tienen ustedes con el compromiso de saber y decir quién es Ojo Parado; y la dicha de recibir cachetaditas cada vez que preguntamos, pasando por memos y bobalicones.
            Sólo una persona hemos encontrado que nos contestó con relativa seriedad, y dijo así:
            Pues Ojo Parado es un individuo sin talento, que pretende sustituir a Rosendo Pineda como director de la política. Sólo que en materia de sesos hay diferencia…
            Pero el nombre de pila y el de la casa no parece.
            Y lo peor, lo que nos tiene hechos un rábano, con un humorcito, que nos envidiaría el mismo Gustavo Madero, el Júpiter de la familia, es que después de tantos sudores, chuelas, gaznatones, fatigas y enfriamientos aún estamos en ayunas de quien sea Ojo Parado.
  • Por medio de Henry Lane Wilson, la embajada norteamericana presionó constantemente hasta derrocar, con el apoyo del ejército, al gobierno. El presidente norteamericano, Taft, en 1912, escribió a su secretario de Estado lo siguiente: 
Estoy llegando a un punto en que pienso que deberíamos colocar un poco de dinamita con el objeto de despertar a ese soñador que parece incapaz de resolver la crisis en el país del cual es presidente.”   
 



       

lunes, 20 de diciembre de 2010

Con espíritu democrático (no populista, mucho menos absolutista)…

  • ¿Qué motivó el reconocimiento internacional casi inmediato del gobierno de Madero?, 
  • ¿Cómo es que pasaron armas de contrabando en la rebelión maderista contra Díaz?, 
  • ¿Por qué, durante su exilio en EE. UU, Madero nunca fue molestado aún con las frecuentes acciones y peticiones del gobierno de Díaz en su contra?

sábado, 18 de diciembre de 2010

Sufragio efectivo, no reelección.


A fines 1910, bajo el lema maderista “sufragio efectivo, no reelección”, se inició una serie de movilizaciones armadas en contra del régimen personalista de Porfirio Díaz. El 21 de mayo de 1911, por medio de la firma del Tratado de Ciudad Juárez, los revolucionarios lograron un triunfo relativamente rápido (en seis meses aproximadamente) sobre Díaz. Sin embargo, la Revolución no concluyó allí, con la llegada de Madero a la presidencia, la moderación en la reformas produjo gran descontento entre varios líderes, antiguos simpatizantes de la revolución maderista, quizá el más destacado fue Emiliano Zapata. En este sentido, se pueden apreciar diferentes períodos de la Revolución Mexicana, diversas perspectivas de lo que se consideraba debería ser la reorganización del país, lo mismo que en las prioridades, reclamos, propuestas e intereses, en ocasiones, incluso, completamente divergentes. Así, se podría mencionar las siguientes etapas como las más importantes: 
  • Entre 1910 y 1911 se desarrolló una movilización liderada por Francisco I. Madero cuyo reclamo principal era la ausencia de democracia en el régimen de Porfirio Díaz. Esta movilización logró el derrocamiento de ese régimen y concluyó con el golpe de estado de Victoriano Huerta.
  • En contra de Huerta estuvieron los simpatizantes y ex-simpatizantes de Madero, Francisco Villa y Zapata, respectivamente, pero la oposición más importante provino de un antiguo funcionario del porfiriato, Venustiano Carranza. En 1914, con la firma de los Tratados de Teoloyucan, este levantamiento logró derrocar al régimen de  Huerta. 
  • Entre 1914 y 1917, al interior del triunfante grupo revolucionario, se desarrollaron una serie de disputas, purgas y violentos conflictos armados que concluyeron con el dominio de la perspectiva más experimentada en política, la representada por Venustiano Carranza y Álvaro Obregón, mientras que Zapata y Villa que, de una u otra forma, representaban los reclamos sociales y económicos más urgentes fueron marginados. La Constitución carrancista de 1917 se apropió de los reclamos originales de líderes agraristas como Zapata y Villa, sin embargo, su puesta en práctica, ya sea por falta de una auténtica convicción sobre sus postulados o por otro tipo de limitantes, durante mucho, tiempo se aplazó, se practicó sólo parcialmente y en una gran cantidad de ocasiones se dio marcha atrás en sus premisas.                          

    viernes, 10 de diciembre de 2010

    México 2010

    México 2010, a un siglo de distancia de la Revolución Mexicana ¿es posible pretender que sus reclamos originales se concretaron en logros específicos?, ¿hasta que punto?, ¿hubo continuidad entre los principios proclamados y las acciones realizadas?, ¿es valido o deseable asirse de aquella veta "revolucionaria"?
        México a principios del siglo XXI, sí, México…pero, ¿qué México?, ¿cuál México?, el del norte, el del centro o el del sur. El que habla español, el que habla nahuatl o el que habla spanglish. El que se promueve en las reuniones turísticas y financieras o el que con gran complicidad incrementa las ganancias de sus negocios ilícitos. El que maldice pero soporta o el que guarda la compostura y, quizá por ello, avanza con un disimulo casi imperceptible pero consistente, tal vez, demasiado consiste. El que en Londres, Paris, Cannes, etc. etc. hace gala de su picaresca naquitud o el que sin dejar de ser cool tiene, también, que dejar de ser naco.
        El del porfiriato, el revolucionario, el revolucionario institucional, etc.…El México que, “democráticamente”, cada fin de semana promueve, la fe en un incierto, glorioso, campeonato mundial de fútbol o el que cada lunes se abstiene de hacer del deporte un tema de conversación ya sea porque prefiere el béisbol, el cine o alguna otra de las prácticas de supervivencia extrema que hay que realizar en las junglas naturales o de acero de este país. El México respetuoso que domingo a domingo, desde el pulpito, construye su laicismo o el del fervoroso, antiguado, fanatismo anticlerical. El que se ríe de la muerte y de la vida o el que se enoja y pierde. El enterado y advertido o el sepultado. El del vigilante caballero emprendedor, el de las instituciones sólidas y confiables o el del sereno ciudadano armado con cámaras y celulares…benévolos desfacedores de entuertos.                                       

    viernes, 3 de diciembre de 2010

    Presentación

    En octubre de 2010, después de un primer curso en la materia Contexto Socioeconómico de México, de una experiencia como “facilitador” en el aula virtual de la Escuela Superior Abierta y a Distancia (ESAD) y debido al énfasis dado a los “acontecimientos del pasado”, me pareció necesario retomar y profundizar varios temas relacionados con la historia de México, especialmente, la del siglo XX.

                Los textos, comentarios y presentaciones que a continuación se plantean no tienen una intensión erudita, son, más bien, algunas reflexiones acerca de la historia,  la historia de México en el siglo pasado y otros temas diversos de las ciencias sociales. Al respecto, me gustaría argumentar que deseo seguir el consejo del historiador Febvre cuando dice “Historiadores, sed geógrafos. Sed juristas también, y sociólogos…”, me parece que esta postura de oposición al “espíritu de la especialización” puede permitirnos perspectivas sumamente enriquecedoras. En relación con lo anterior, el objetivo de estos documentos es, antes que todo, proporcionar, recibir e intercambiar información, opiniones y comentarios entre compañeros del aula virtual principalmente, aunque no de manera exclusiva. Finalmente, creo que, en plena era de la información, resultaría inadecuado pretender el monopolio de las formas de acceso al conocimiento, por ello, pongo a su disposición los trabajos que he realizado sobre esta asignatura y espero sus aportaciones.
    Saludos cordiales,
    Aldo Rogelio Ponce Margarito